martes, 9 de noviembre de 2010

ViSiTa El LaBeRiNtO De CrEtA...

HISTORIA DEL MINOTAURO
En Creta reinaba el poderoso Rey Minos. Su capital era célebre en el mundo por el laberinto, lleno de confusos corredores, de los cuáles eran casi imposibles encontrar la salida. En el interior vivía el terrible Minotauro, un monstruo con cabeza de toro y cuerpo de hombre, frutos de lo amores de Pasifae, la esposa de Minos, con un toro que Poseidón, dios de los mares, hizo surgir de las aguas. En cada novilunio había que sacrificar un hombre al Minotauro, pues cuando el monstruo no satisfacía su apetito, se precipitaba para sembrar la muerte de los habitantes de la comarca.
Un día, el Rey Minos recibió una trágica noticia: su hijo Androgeo acababa de ser asesinado en Atenas porque al ganar todas las competiciones, fue acusado de conspiración por los sobrinos de Egeo Rey de Atenas. Minos clamó venganza, reunió a su ejercito y lo envió a Atenas para iniciar el ataque. Atenas, al no estar preparada, no pudo ofrecer resistencia y solicitó la paz. Minos, con severidad dijo: “Os ofrezco la paz, pero con una condición: cada nueve años, Atenas enviará siete muchachos y siete doncellas a Creta para que paguen con su vida la muerte de mi hijo”. Aquellos jóvenes serían arrojados al Minotauro para que los devorara. Los atenienses no tuvieron más remedio que aceptar aunque con una condición: que si uno de los jóvenes conseguía matar al Minotauro y salir del laberinto, no sólo salvaría su vida, sino también la de sus compañeros, y Atenas sería eximida de dicha condena.
Dos veces pagaron los atenienses el trágico tributo. Se acercaba ya el día en que por tercera vez la nave de velas negras, signo de luto, iba a surcar la mar. Entonces, Teseo, hijo único del Rey de Atenas, Egeo, ofreció su vida por la salvación de la ciudad. El Rey y su hijo convinieron en que si a Teseo le favorecía la suerte, el navío que los volviera al país enarbolaría velas blancas.
Una prisión en Creta, donde Teseo y los otros jóvenes fueron alojados como prisioneros lindaba con el parque por donde las hijas del Rey Minos, Ariadna y Fedra, solían pasear. Un día el carcelero avisó a Teseo que alguien quería hablarle. Al salir, el joven se encontró con Ariadna, quien conquistada por la belleza y la valentía del joven decidió ayudarle a matar al Minotauro a escondidas de su padre. “Toma este ovillo de hilo y cuando entres en el Laberinto ata el extremo del hilo a la entrada y ve deshaciendo el ovillo poco a poco. Así tendrás una guía que te permitirá encontrar la salida”. Le dio también una espada mágica.
A la mañana siguiente, el príncipe fue conducido al Laberinto, tomó el ovillo, ató el extremo del hilo al muro y fue desenrollándolo, a medida que avanzaba por los corredores. Tras mucho caminar, penetró en una gran sala y se encontró frente al temible Minotauro, que bramaba de furor y se lanzó contra el joven. El Minotauro era tan espantoso, que Teseo estuvo a punto de desfallecer, pero consiguió vencerle con la espada mágica. Le bastó luego seguir el hilo de Ariadna en sentido inverso y pronto pudo atravesar la puerta de salida.
Teseo salvó su vida, la de sus compañeros y liberó a su ciudad de tan terrible condena. Dispuestos ya a reembarcar, Teseo llevó bordo en secreto a Ariadna y también a Fedra, quien no quiso abandonar a su hermana mayor. Durante el viaje y tras una feroz tormenta tuvieron que refugiarse en la isla de Naxos. Vuelta a la cama, emprendieron el retorno. Pero Ariadna no aparecía, la buscaron, la llamaron, pero fue en vano. Finalmente abandonaron su búsqueda y se hicieron a la mar. Habían zarpado cuando Ariadna despertó en el bosque, después de caer extenuada por el cansancio. De pronto, y rodeada por monumental ceremonia se le apareció el joven más bello que nunca antes haya visto. Era Dionisios, dios del vino, quien le ofreció casamiento y hacerla inmortal. La joven aceptó y después de un viaje triunfal por la Tierra, el dios la llevó a su morada eterna.
En tanto, en Atenas cundía la tristeza. El anciano Rey iba todos los días a la orilla del mar, esperando ver a su hijo retornar. Al fin, el barco apareció en el horizonte. Pero traía las velas negras y el anciano desesperó. Es que Teseo, abatido por la desaparición de Ariadna había olvidado izar las velas blancas, signo de su victoria. Loco de dolor, el rey Egeo se arrojó al mar que desde entonces lleva su nombre. Pasó el tiempo y los atenienses reunidos en asamblea ofrecieron la corona a Teseo, quién se casó luego con Fedra y reinó por largos años.

Dédalo: Arquitecto ateniense, hijo de Eupalamos y Metione. Dio muerte involuntaria a su sobrino Acalio, y debió desterrarse en Creta, donde ofreció sus servicios al rey Minos. Allí debió construir una vaca de madera para la esposa del rey, Pasifae, la que, encerrándose en su interior, logró hacerse fecundar por un toro y dar a luz al Minotauro.

Encolerizado por la fuga, Minos encarceló a Dédalo y a su hijo Ícaro en el laberinto. Aunque los prisioneros no podían encontrar la salida, Dédalo fabricó alas de cera para que ambos pudieran salir volando del laberinto. Ícaro, sin embargo, voló demasiada cerca del sol; sus alas se derritieron y cayó al mar. Dédalo voló hasta Sicilia, donde fue recibido por el rey Cócalo. Minos persiguió después a Dédalo pero las hijas de Cócalo lo mataron.



¿QUE VISITAR?

Creta es una isla encantadora para hacer un viaje de placer y cultural. Es la más grande de toda Grecia, donde puedes conocer su historia, sus ciudades más importantes, y por otra parte también puedes perderte por las playas . Aquí mencionamos los siguientes lugares:
       Palacio de Knossos: es el más importante de los palacios minoicos de Creta.

       Otros yacimientos arqueológicos minoicos como:
     1. Festos: la más rica y poderosa ciudad del sur de Creta. Estaba situada al sur de la isla, cerca de la costa, en la llanura de Messara y al sudoeste de Candia.

      2. Malia: El primer palacio de Malia fue costruido entre 2000 a. C. y 1900 a.C. Fue destruido en 1700 a.C. y reconstruido en 1650 a.C.

      3. Hagia Triada: Fue una villa residencial de origen minoico al que a partir del siglo XIV a. C. se le incorporaron elementos

       Museo arqueológico de Hania:


       Monasterio de Preveli:


¿CÓMO VESTIRSE?



En las pinturas cretenses observamos que todos los hombres aparecen como jóvenes atléticos y de piel bronceada, verdadera figura de semi dioses. Cubiertas por una faldilla de varios colores sujetas al talle con un ancho cinturón de cuero y metal repujado (trabajado). Los trajes de los hombres correspondían a la exigencia del clima muy templado y de una vida físicamente activa. La pampanilla es común en todos los pueblos del mediterráneo a veces se sustituye por una prenda mínima que por lo general se dispone en una forma de falda corta o como un delantal de falda doble. La pampanilla se sujeta por medio de un cinturón ceñido a la cintura con adornos de metal.


       En cuanto a la vestimenta femenina usaban faldas mas o menos largas, corpiños de varias formas y ajustados. Usaban sombreros de todas formas por lo general en forma cónica con adornos de metal y cerámica, lucían complicados peinados y utilizaban un maquillaje moderno (ojos alargados por la pintura y los labios finamente dibujados. Se lucen volados cocidos sobre un fondo en una falda desde la cadera hacia.
        La vestimenta de la mujer cretense en noche de fiesta es una camiseta transparente, las mangas son cortas de variados tamaños y colores dándole gran importancia a la cintura usando no solo cinturón sino también por el uso de diferentes corsés.

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